La leve sombra de la influenza AH1N1


Una niña de 9 años asiste con su familia a una feria agrícola, se entretiene con las diferentes exposiciones de animales y alimentos, sin embargo, de todas las exposiciones disponibles no visita la de los cerdos. Esto sucede a finales de febrero del 2009, en el condado Imperial, un condado cercano a San Diego, California. Un mes después, el 28 de marzo, la niña presenta fiebre de 40 grados y tos, pero pocos días antes, su hermano y uno de sus primos habían tenido síntomas de gripa.

A pocos kilómetros de allí, en el condado de San Diego, California, un niño de 10 años presenta síntomas de tos, fiebre y vómito el 30 de marzo; su hermano de 8 años había tenido gripa dos semanas antes. El niño de 10 años recibe tratamiento en una clínica ambulatoria y se recupera a los pocos días. La familia hace un viaje a Texas el 3 de abril. Esa misma semana, la madre del niño presenta síntomas respiratorios y su hermano de 8 vuelve a presentar tos y fiebre.

Mientras tanto, un grupo de 11 estudiantes del colegio St. Francis, de Queens, pasa el tradicional spring brake en las playas de Cancún, México. Regresan a Nueva York el 20 de abril y pocos días después 7 de ellos caen enfermos con gripa.

En Cancún también estaba Camilo Montaño, un fotógrafo de Zipaquirá, quien regresó a Colombia el 24 de abril, luego de una larga espera en el aeropuerto. En el avión tuvo los primeros síntomas de gripa, congestión nasal y tos, sin embargo, no le alarmó en el momento pues creyó que se debía al aire presurizado de la cabina.

Lo que no sabía Camilo Montaño es que ese mismo día, el 24 de abril, la Organización Mundial de la Salud (OMS) había emitido una alerta por un brote de gripe porcina en México que, para ese momento, sumaba por lo menos 900 posibles contagios y habría causado 18 muertes. La región norte del continente Americano experimentaba los inicios de lo que se conoció como la pandemia por influenza AH1N1, un subtipo de virus de la gripe porcina que había logrado producir contagios de humano a humano. Los dos niños en California y los estudiantes de Nueva York que viajaron a Cancún serían los primeros casos confirmados en los Estados Unidos, que para el 27 de abril ya sumaban 45 casos. El 11 de junio la OMS declaró la AH1N1 como la primera pandemia de influenza en 40 años.

“Desde el 2005 la OMS empezó a advertir el riesgo de que se fuera a presentar una pandemia de las proporciones de la [gripe española] de 1918”, indica Carlos Dáguer, periodista colombiano especializado en Ciencia y Salud. “Aunque esa pandemia [la del AH1N1] fue en el 2009, desde el 2005 empezaron los planes de contingencia, los simulacros en los aeropuertos. Se esperaba que fuera una influenza de origen aviar; las cosas no cambiaron significativamente, pero fue una influencia de origen porcino”.

Al día siguiente de su regreso a Zipaquirá, un amigo de Montaño que trabajaba en una EPS lo alertó sobre aquel brote de gripa en México que lo podía matar, Montaño, aún escéptico, accedió a hacerse la prueba. El 2 de mayo le confirmaron que era positivo, eso lo convertía en el primer caso confirmado de AH1N1 en Colombia y en Sur América.

“¿Qué era uno de mis mayores terrores?, era que alguien se contagiara, que una de mis empleadas saliera positivo. Mi peor miedo es que alguien contagiado por mi culpa o por mi línea de contagio se muriera, obviamente para mí eso era terrible”, cuenta Camilo Montaño. Para él vinieron días extraños de confinamiento junto a su esposa, su hija y su mamá. “Yo estaba contagiado pero yo no contagié a nadie en mi casa, y viviendo una vida normal, comiendo todos al tiempo, compartiendo vasos, compartiendo loza, compartiendo cubiertos y no le dio a nadie más. La tasa de contagios de ese virus [AH1N1] era muchísimo menor que la de este”.

Con “este” Montaño se refiere al nuevo coronavirus, el SARS-CoV-2, el virus que ha provocado la que se puede considerar como la primera pandemia de grandes proporciones de este siglo, esa que Carlos Dáguer cuenta que los epidemiólogos estaban esperando desde la Gripe Española de 1918. Porque, ciertamente, la influenza AH1N1 del 2009 no fue lo que muchos esperaban. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), en su primer año de circulación (2009-2010), 151.700 a 575.400 muertes estarían asociadas al AH1N1. En el caso del nuevo coronavirus, en apenas 6 meses de circulación, se contabilizan más de 280.000 muertes en todo el mundo.

En Colombia, luego de ese primer año de circulación del AH1N1, el Ministerio de Protección Social indicó que hubo 3.719 casos confirmados y 231 muertes. Al momento de publicar este reportaje, en Colombia, el nuevo coronavirus ha generado más de 10.500 contagios confirmados y por COVID-19, la enfermedad que causa este virus, ya se suman más de 450 muertes.

“Esa pandemia [AH1N1] tenía algo curioso y era que ya había un medicamento para afrontarla que era el Tamiflú”, explica Dáguer. Y agrega: “Al final, la AH1N1 no nos llevó a medidas como las que nos pasan ahora”. El alto nivel de contagio del nuevo coronavirus y las altas tasas de mortalidad por COVID-19 han obligado a varios países a decretar aislamientos obligatorios, es decir, que la gente no salga de sus casas, salvo pocas excepciones. Esto ha derivado en una crisis económica que puede ser más grave que la propia pandemia.

“Esta vez es peor porque ha sido mucho más tiempo quietos. El negocio cerrado. Está uno muy preocupado por la plata porque no hay para pagar nómina, no hay para pagar luz, no hay para pagar arriendo, entonces ya le toca a uno empezar a apalancarse en los bancos con la incertidumbre de si uno va a hacer plata después para pagar esos préstamos”, dice Montaño. Y remata: “Entonces, es duro, es complicado. Todos estamos igual. Todos estamos jodidos”.

Fotografía: Leah Kelley, Pexels

Comentarios

Entradas populares